domingo, septiembre 09, 2007
iguales
fue mi primer buen encuentro con los libros de temática "voh sabí".
después de haber leído algunos que desfilaban entre los extremos del verdadero snobismo insípido, hasta la burda máscara de lo simplemente porno... llegó, allí por 1998, el libro "amores iguales" a mis manos, para abrigar mi necesidad de historias, de sentimientos, de reflexiones.
lo empecé a leer y la empatía fue inmediata. de inmediato me encariñé con los personajes y situaciones. entre algunas cosas, puedo recordar que lo leí muy rápidamente... y que terminé hecho un mar de lágrimas.
intenté conservarlo, leerlo de nuevo. ya lo estaba atesorando, cuando, básicamente inspirado en esa situación, el dueño del libro, un ex amigo, me hizo recordar el tema este del derecho de propiedad. Así que se lo devolví.
algunos años después, y con algún esfuerzo de mi parte, lo volví a comprar.
por increíble que parezca, lo volvi a leer y empatizar.
por increíble que parezca, me lo volví a llorar.
por increíble que parezca, el mismo ex amigo me pidió su "devolución".
- ¿pero cómo? si ya te lo devolví hace años po!
- no, nunca me lo devolviste.
esas dos expresiones se repitieron hasta más allá del agotamiento. asi que decidí ponerle termino y desprenderme del segundo ejemplar.
pasó el tiempo, pasó la amistad, pasó el stock.
hasta hace unos días, re-obtenerlo era una tarea imposible.
hasta hace unos días, ya no pensaba en ello.
hasta esta mañana...
... porque mientras en algún lado de la ciudad, reposaban enmohecidas copias de un querido libro, resguardadas por la aprehensión de un solitario y amargado ego, en el otro extremo de la misma ciudad, y desde el interior de un bolsito étnico, un par de manitos, rosaditas y gorditas, ponian justo orden en este universo de cosas bellas.
¡¡gracias!!
me haces feliz.
nota: "amores iguales" fue la primera novela de mi autor favorito, david leavitt, quien también escribió "el lenguaje perdido de las grúas" que también comenté en algún pasado post.
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1 comentario:
Creo que nunca había sentido tan claramente que dar es recibir más. Te vi feliz y mi felicidad se lleno de ventanas abiertas al mar. No puedo creer que me siga mirando en tus ojos y la emoción sea la misma... Costó,pero apareció ellibro...
Tú también me haces feliz...
¡¡¡¡NO QUIERO QUE ME HU... MÁAAAS!!!
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