lunes, abril 17, 2006

heces



la conocí hace un par de años.
de inmediato el rechazo fue total (y recíproco).
no encontró nada mejor que indicarme como un ejemplo de mala dicción.
- tú, por ejemplo – me dijo – eres colombiano o ecuatoriano?
- no – respondí agotado.
- bueno, tú eres un ejemplo. tú te comes las “eses”
estallé en odio.
toda una vida dedicada a intentar pronunciar bien, pisoteada por su infame y arrebatado comentario.

las únicas “heces” que finalmente me comí, fue las que aquella clase se dedico a pronunciar y exponer.

pasó el tiempo, y ella, siempre con un muro encima, totalmente a la defensiva, buscando como destruirlo todo y con una actitud de mujer independiente y luchadora, que no es más que abuso de poder… y en su más básica versión.

ni siquiera saber que es hermana de pamela ayudó a mejorar un ápice mi impresión sobre ella.

en fin. hay ocasiones en que hay que guardarse las opiniones y bajar la mirada. incluso sonreír cínicamente. y es así como he estado estos años, mostrando y mostrando los dientes. pero ya estoy un poco agotado.

hoy fue el dia.

acompañado del guardia de la universidad pude dar finalmente con las misteriosas salas de los diplomados.

- esa es la sala – me indicó gentilmente.
- ¿la del diplomado de diseño? – pregunté con la sonrisa de gancho de ropa incólume.
- así es, con la profesora... mmm... jiles! – me reafirmó.
- ah… entonces... ¡no es el diplomado de diseño! – le dije, y me retiré.
- ella no es profesora de diseño, nada tiene que enseñarme y yo nada tengo que hacer ahí – le dije.

llegué a un espejo, y continué la frase con mi reflejo: “… nada que hacer, sólo comerme sus heces” - me dije bajando las escaleras, mientras mi rostro volvía a la posición que siempre debió tener al volver a este lugar.

próxima parada… matrículas.

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