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habia salido de mi pega
y a punto de sumergirme ya en el calor infernal del metro
recordé que no habia dejado cerrado el portón trasero del trabajo
me devolví rápidamente
entré a la univeridad
atravesé el patio
llegué al portón
sabía que no era necesario,
pero era la regla.
metí y giré la llave
el tiempo se detuvo entre dos palpitares de corazón
y una sensación me invadió
extraña, insospechada, buena
al sacarla me dije:
"tengo en mis manos una llave solo mía
a un universo solo mío"